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Antônio de Sant'Anna Galvão: el primer santo del país con más católicos del mundo.
Un santo era lo que le faltaba a Brasil, el país con más católicos en el mundo.
Vea imágenes de la misa de canonización
Y el papa Benedicto XVI canonizó este viernes al primer santo brasileño, Fray Galvao, en una multitudinaria misa, a la que asistieron cerca de 800.000 personas, según fuentes policiales, o un millón, de acuerdo con los organizadores.
Miles de personas pasaron la noche en vigilia antes de participar en la misa en el Campo de Marte, un aeropuerto de Sao Paulo.
Éste es uno de los eventos más importantes de la visita del Papa a Brasil, junto con la inauguración, el domingo, de la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe.
¿Pero quién era Fray Galvao, hoy venerado por tantos fieles católicos en este país?
Antônio de Sant'Anna Galvão era un fraile franciscano. Nació en 1739 en la ciudad de Guaratinguetá, en el estado de Sao Paulo.
Fundó, proyectó y ayudó a construir con sus propias manos un modesto convento conocido como el Monasterio de la Luz, que todavía se mantiene en pie entre los rascacielos de la moderna Sao Paulo.
El Monasterio de la Luz fue fundado y construido en 1774 por Fray Galvao.
BBC Mundo visitó el "templo" de Fray Galvao, donde yace su tumba. Allí nos recibió el padre Armenio Rodríguez Nogueira, su capellán, quien nos relató la historia del fraile.
"Él acogía a las numerosas personas que pedían su ayuda, sobre todo a los enfermos en busca de algún alivio. Él los atendía a todos sin deshacerse de ninguno. Era un hombre de paz y caridad", subraya el capellán.
Píldoras de papel
En aquellos tiempos la medicina no estaba tan avanzada como hoy.
Él acogía a las numerosas personas que pedían su ayuda, sobre todo a los enfermos en busca de algún alivio. Él los atendía a todos sin deshacerse de ninguno
Padre Armenio Rodríguez Nogueira
Cuentan que en una ocasión, inspirado por Dios, Fray Galvao transcribió en un trozo de papel una oración en latín dedicada a la Virgen María -de la cual era un gran devoto- pidiéndole que intercediera por todos los que acudían a él.
Enrolló el papel hasta que fuera suficientemente pequeño para ser tragado y se lo dio como píldora a un joven que estaba casi muriendo por cólicos renales, quien luego, en opinión de los fieles, se curó milagrosamente.
"No es un fármaco, no es un remedio; nosotros la llamamos 'píldora devocional'. Se toma con agua como si fuese un comprimido", explica el padre Armenio.
Tras la muerte de Fray Galvao, en 1822, la demanda de estas píldoras ha aumentado al punto que esta semana, ante la canonización de su inventor, se han distribuido hasta 700 por día.
"Siempre a mi lado"
Los fieles están absolutamente convencidos de que estos curiosos comprimidos obran grandes milagros.
"Tomo las píldoras desde que me casé y quedé embarazada. En los momentos más difíciles Fray Galvao siempre estuvo a mi lado", comenta a BBC Mundo Rosalía, de 55 años, quien está de visita en el monasterio.
Fray Galvao es alguien muy querido, milagroso, y es muy importante en mi vida
Dolores, devota
Le preguntamos si no le hace mal tragar las píldoras y ella contesta que no, porque son diminutas. Nos enseña algunas. Se diría que hace falta una lupa para verlas.
Por su parte, Paulo, de 50 años, dice que tiene una gran fe en Fray Galvao. "Mi hermano fue operado del corazón, tuvo una cirugía complicada, y ahora está bien gracias a él", asegura.
"Fray Galvao es alguien muy querido, milagroso, y es muy importante en mi vida", afirma Dolores, de 75 años, mientras arma unas banderitas con la imagen del beato que distribuirá en la ceremonia de canonización. Ella suele colaborar en el monasterio.
Milagros
Dos milagros habrían ocurrido recientemente por la intercesión del fraile franciscano de hace casi dos siglos.
Mi hermano fue operado del corazón, tuvo una cirugía complicada, y ahora está bien gracias a él (a Fray Galvao)
Paulo, devoto
El padre Armenio cuenta que el primero fue la curación, en 1990, de Daniela da Silva, una niña de cuatro años que estaba internada con hepatitis. Con oraciones y las píldoras de Fray Galvao, Daniela tuvo una recuperación extraordinaria.
El segundo milagro fue el de Sandra Grossi de Almeida, una joven que, en 1990, después de tomar las píldoras y rezar, pudo dar a luz a un niño luego de haber perdido tres hijos por un defecto congénito en el útero. Hoy el pequeño tiene siete años.
Ambos casos fueron presentados en el Vaticano y permitieron que en 1998 el papa Juan Pablo II beatificara a Fray Galvao y que ahora Benedicto XVI lo canonice.
Las ceremonias de canonización suelen tener lugar en el Vaticano, pero a pedido de los brasileños el Papa hizo una excepción y la realizó en el país donde nació el santo.