MariCruz Administradores
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| Tema: Estar con Él 2/17/2009, 10:42 | |
| Estar con Él
Fr.Eusebio Gómez Navarro O.C.D
El alma es como un castillo todo de un diamante o un claro cristal a donde hay muchos aposentos, así como en el cielo hay muchas moradas. En el centro y mitad tiene la más principal, que es donde pasan las cosas de mucho secreto entre Dios y el alma
El alma es un castillo donde mora Dios.
Teresa de Jesús
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Somos como un castillo o un palacio todo de un diamante o muy puro crista. Gran dignidad es la del ser humano que “puede tener conversación no menos que con Dios” (1 M 1.6).
La puerta para entrar al castillo es la oración. A través de ella entendemos las dos grandes verdades de nuestra vida: Quién es Dios y quién es la persona humana (C 22.7). Con la oración nos vienen todos los bienes, el mayor pecado consistirá en dejar la oración.
Santa Teresa es maestra de oración y nos habla de cómo podemos orar.
La Santa de Avila es una mujer hecha oración. De niña aprendió a orar de sus padres y así creció en un ambiente de oración (V 1). No le resultó fácil orar. Se encontró con las dificultades de incapacidad para discurrir, la insubordinación de la imaginación (V 4,, y, sobre todo, la incongruencia de vida (V 8, 17). Tantos fueron los contratiempos, que estuvo tentada de dejar la oración. El año que estuvo sin orar, su vida estaba perdida (V 19.10). Mas, cuando se entregó del todo a la oración, de ésta recibió grandes beneficios (V 23.2).
El modo de orar de Santa Teresa era muy sencillo. Procuraba traer a Jesucristo presente dentro de ella (V 4.. Era una oración de presencia, de estarse con Él, de hablarle, de mirarle, de escucharle, tratando de amistad y tratando de vivir con El y para Él (V 11.13). Su oración estaba centrada en Cristo, en Él encontró el “libro vivo”, que le enseñó todo lo que debía saber y hacer (V 26.6). “No os pido más que le miréis” (C 26.3), decía a sus religiosas. La oración tiene que llevar a un trato de amor, donde se crezca en conocimiento de la persona del Maestro y de lo que somos nosotros.
Para comenzar un camino serio de oración, Santa teresa pone como esencial el arrancar con grandes ánimos, “una determinada determinación”, que tiene que ser radical (V 2, 1.4), irrevocable (C 20.2) y perseverante (2 M 1.5). solamente en esta decisión se podrá caminar en caridad, humildad y desasimiento, para conseguir la libertad que es donación total: “porque todo lo que os he avisado en este libro va dirigido a este punto de darnos del todo al Creador y poner nuestra voluntad en la suya” (C 32.9).
La oración debe abarcar toda la vida, y debe servir para la vida, para “crecer en virtudes”. Cualquier método de oración será valedero | |
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