Jesús, pan de vida
Reflexión
Imagínate que vas de paseo. Has caminado mucho, a lo mejor unas seis horas bajo el sol, no hay arboles suficientes para hacer sombra. La caminata va haciéndose cada vez más pesada y lenta. La lengua empieza a pedir agua para no pegarse al paladar, y el estomago reclama un bocado para parar el hambre. De repente llega un hombre que te dice: ¿quieres comer? Lo miras y ves que no tiene nada con qué quitarte el hambre, pero confías en él. Te da algo de comer y luego se va. Días después lo encuentras y ¿no le pedirías otra vez algo de comer?
Esto es lo que ha pasado, y los judíos le buscaban porque aún estaban asombrados por el milagro de los panes, pero Jesús conoce sus intenciones y les reprende como un día lo hiciera con el mismo Satanás, aunque con otras palabras: "No de solo pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios."
No somos puro cuerpo, también estamos hechos de espíritu, y éste necesita del alimento. Un solo alimento existe para el alma, y es Jesús, "Yo soy el Pan de la Vida." Pidamos a Dios que nos dé este alimento como lo hicieran los judios, para poder alimentar también nuestro espíritu, y llegar a tener vida en Cristo.