La casa sobre roca
Fuente: Catholic.net
Autor: Estanislao García
Mateo 7, 21-29
Reflexión:
En esta vida no falta la filantropía: son miles las actividades que se hacen en el mundo por el bien de nuestro prójimo necesitado. Pero luego llegamos al cielo y Dios nos dice: no te conozco. Imagínate, qué tragedia, la mayor tragedia que podemos tener y en el momento más inoportuno. Y esto ¿por qué? Porque nos hemos olvidado de lo más importante, de Dios. Porque lo hemos rechazado, porque nuestra voluntad, por muy buena que fuese, no era la de Dios.
Está quien va mucho a la Iglesia y reza muchas horas delante de las estatuas, pero al final de la vida Dios tampoco le conoce y ¿Por qué? Porque se ha olvidado de sus hermanos, donde se encuentra Cristo.
Entonces, ¿cuál es la solución? Nos lo dice Cristo en el Evangelio: “Ama a Dios sobre todas las cosa y al prójimo como a ti mismo”. Así de fácil, que para un cristiano se traduce en vivir los sacramentos, sobre todo la Eucaristía y la Confesión, y en cumplir los mandamientos.
Imitemos el ejemplo de María quien sabía rezar y servir. Pues como dice el Evangelio: “María conservaba todo esto en su corazón”; pero al mismo tiempo dice: “María se puso en camino y subió con presteza a la montaña”, para servir a su prima santa Isabel.
Por tanto sirvamos a Dios por la oración y por la caridad a los demás.