MariCruz Administradores
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| Tema: Evangelio 20 de Octubre.- Reflexión 10/20/2009, 06:06 | |
| Necesidad de la vigilancia Lucas 12, 35-38. Tiempo Ordinario. La salvación no es cosa de un día. Requiere estar siempre en actitud vigilante. Lucas 12, 35-38 En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Estén ceñidos vuestros lomos y las lámparas encendidas, y sed como hombres que esperan a que su señor vuelva de la boda, para que, en cuanto llegue y llame, al instante le abran. Dichosos los siervos, que el señor al venir encuentre despiertos: yo os aseguro que se ceñirá, los hará ponerse a la mesa y, yendo de uno a otro, les servirá. Que venga en la segunda vigilia o en la tercera, si los encuentra así, ¡dichosos de ellos! Reflexión ¿Se salvan todos? ¿No será mejor vivir bien la vida y arrepentirse al final? Estos y otros interrogantes aparecen con frecuencia entre los jóvenes. Algunos piensan que Dios, como es Padre misericordioso, hará la vista gorda el día del Juicio y nos meterá a todos en el cielo. Otros dicen que, como lo importante es el último momento, basta con una buena confesión justo antes de la muerte. Estos han leído muy bien la historia del “buen ladrón” crucificado junto a Cristo. Los más viejos del lugar ya no saben qué decir. Las cosas van tan deprisa que lo que antes era verdad ahora parece que ha cambiado. Eso de la “salvación de las almas” ya no les dice mucho. ¿Y nosotros qué pensamos? La salvación no es cosa de un día. Requiere estar siempre en actitud vigilante. Puede ayudarnos el hacer un examen de conciencia al final del día. De hecho, quienes se examinan con frecuencia sobre el estado de su alma, difícilmente sucumben. Al examinarnos, estamos tomando la “temperatura” de nuestra alma y descubrimos si está fría o caliente. Sabemos si vamos por buen camino o hay algo que corregir. Nos damos cuenta si estamos o no preparados para abrir la puerta “al señor que vuelve de la boda”. Por eso, no hay que arriesgarlo todo para el último momento, porque es posible que nos sorprenda cuando menos lo esperemos. Es más prudente seguir el consejo que Jesús nos dio: “El que persevere hasta el final, ése se salvará”. | |
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