mari Cruz 18 Administradores
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| Tema: Sacramento de la Penitencia, es Sacramento de alegría 4/29/2007, 09:14 | |
| EL SACRAMENTO DE LA ALEGRÍA En el sacramento de la penitencia se otorga el don inmenso, perfecto: el perdón, el más grande don divino, tan del gusto de Dios, rico en misericordia. El perdón es su obra máxima, mayor que la resurección de un muerto y que la creación de las insondables galaxias, porque mayor es la distancia entre el pecado mortal y la vida sobrenatural de la gracia, que la diferencia entre la nada y el ser. "Realmente es grande un Dios que perdona!: ¡Cuántas gracias tenemos que dar a Dios Nuestro Señor, por este sacramento de su misericordia! Yo me pasmo; me conmuevo. Un Dios que perdona me parece tan padre y tan madre a la vez, que me echaría a llorar de agradecimiento y de alegría. ¿Qué haríamos sin su perdón?" (1). ¿Por qué lloras como un loco Amigo del alma mía? Y el Amigo respondía: ? ¡Lloro de llorar tan poco! (2) . Y a la vez tendríamos que dar saltos de alegría. Concretamente, la Confesión sacramental es uno de los más gozosos encuentros inmediatísimos con Cristo Jesús. Porque cuando se oye el "Yo te absuelvo", ese "Yo" es un "Yo" cargado de misterio, no es humano, es divino. ¿Quién puede perdonar los pecados sino sólo Dios? El ministro y el signo sacramental no son más que instrumentos por los que obra el verdadero operante, que es Jesucristo, virtute praesens, con toda tu fuerza redentora. Entiéndase bien, el sacerdote confesor no es un delegado de Dios para perdonar. La omnipotencia es indelegable. Como Velázquez no puede decir a un aprendiz: "pinta Las Meninas". Esto es imposible. Para que yo pintara Las Meninas, necesitaría el cerebro y el alma de Velázquez. Necesitaría que Velázquez me suplantara, que su yo de alguna manera anulara el mío. Dios no anula nada, pero, esto es mayor milagro, cuando el confesor dice "Yo te absuelvo" lo dice "in persona Christi". No es un delegado, es el lugar escogido por Cristo para establecerse y a la vez que el confesor dice sensiblemente "yo te absuelbo", Él interviene con su omnipotencia indelegable y ab-suelve, re-crea, re-genera, o incrementa el nivel de vida sobrenatural, creando más vida. Debiéramos llenarnos de asombro, de alegría, de felicidad, de gratitud. E ir corriendo a la plenitud de la Eucaristía; y volver a purificarnos más en el sacramento de la penitencia; y luego, otra vez a la Eucaristía y así sucesivamente. Hasta el día de la entrada definitiva en el gozo infinito de Dios Uno y Trino. | |
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