Evangelio según San Juan, capítulo 10, versículos del 27 al 30
29 de Abril de 2007
27. Mis ovejas oyen mi voz, Yo las conozco y ellas me siguen.
28. Y Yo les daré vida eterna, y no perecerán jamás, y nadie las arrebatará de mi mano.
29. Lo que mi Padre me dió es mayor que todo, y nadie lo puede arrebatar de la mano de mi Padre.
30. Yo y mi Padre somos uno".
COMENTARIO
29. Esta versión muestra el inmenso aprecio que Jesús hace de nosotros como don que el Padre le hizo (cf. 11 s.; 17, 9 y 24; Mat. 10, 31, etc.). Otros traducen: "Mi Padre es mayor que todo", lo que explicaría por qué nadie podrá arrebatarnos de su mano. Según otros, lo que mi Padre me dio sería la naturaleza divina y el poder consiguiente (cf. 17, 22; Mat. 11, 27; 28, 18).
30. El Hijo no está solo para defender el tesoro de las almas que va a redimir con Su Sangre; está sostenido por el Padre, con quien vive en la unidad de un mismo Espíritu y a quien hoy ruega por nosotros sin cesar (Hebr. 7, 24 s.).