Damián
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| Tema: Evangelio 13 de Noviembre de 2007 11/13/2007, 10:25 | |
| Evangelio según San Lucas, capítulo 17, versículos del 7 al 10 13 de Noviembre de 2007
Semana XXXII del Tiempo Ordinario
7. ¿Quién de vosotros, que tenga un servidor, labrador o pastor, le dirá cuando éste vuelve del campo: "Pasa en seguida y ponte a la mesa"? 8. ¿No le dirá más bien: "Prepárame de comer; y ceñido sírveme luego hasta que yo haya comido y bebido, y después comerás y beberás tú"? 9. ¿Y acaso agradece al servidor por haber hecho lo que le mandó? 10. Así también vosotros, cuando hubiereis hecho todo lo que os está mandado, decid: "Somos siervos inútiles, lo que hicimos, estábamos obligados a hacerlo". COMENTARIO
«Hemos hecho lo que debíamos hacer»
Hoy, la atención del Evangelio no se dirige a la actitud del amo, sino a la de los siervos. Jesús invita a sus apóstoles, mediante el ejemplo de una parábola a considerar la actitud de servicio: el siervo tiene que cumplir su deber sin esperar recompensa: «¿Acaso tiene que agradecer al siervo porque hizo lo que le fue mandado?» (Lc 17,9). No obstante, ésta no es la última lección del Maestro acerca del servicio. Jesús dirá más adelante a sus discípulos: «En adelante, ya no os llamaré siervos, porque el siervo no conoce lo que hace su señor. Desde ahora os llamo amigos, porque os he dado a conocer todo lo que he oído a mi Padre» (Jn 15,15). Los amigos no pasan cuentas. Si los siervos tienen que cumplir con su deber, mucho más los apóstoles de Jesús, sus amigos, debemos cumplir la misión encomendada por Dios, sabiendo que nuestro trabajo no merece recompensa alguna, porque lo hacemos gozosamente y porque todo cuanto tenemos y somos es un don de Dios.
Para el creyente todo es signo, para el que ama todo es don. Trabajar para el Reino de Dios es ya nuestra recompensa; por eso, no debemos decir con tristeza ni desgana: «Somos siervos inútiles; hemos hecho lo que debíamos hacer» (Lc 17,19), sino con la alegría de aquel que ha sido llamado a transmitir el Evangelio.
En estos días tenemos presente también la fiesta de un gran santo, de un gran amigo de Jesús, muy popular en Cataluña, san Martín de Tours, que dedicó su vida al servicio del Evangelio de Cristo. De él escribió Sulpicio Severo: «Hombre extraordinario, que no fue doblegado por el trabajo ni vencido por la misma muerte, no tuvo preferencia por ninguna de las dos partes, ¡no temió a la muerte, no rechazó la vida! Levantados sus ojos y sus manos hacia el cielo, su espíritu invicto no dejaba de orar». En la oración, en el diálogo con el Amigo, hallamos, efectivamente, el secreto y la fuerza de nuestro servicio. | |
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