Damián
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| Tema: Evangelio 26 de Diciembre de 2007 12/26/2007, 00:50 | |
| Evangelio segun San Mateo 10, 17-22 26 de Diciembre de 2007
Octava de Navidad
17. Guardaos de los hombres, porque os entregarán a los sanhedrines y os azotarán en sus sinagogas, 18. y por causa de Mí seréis llevados ante gobernadores y reyes, en testimonio para ellos y para las naciones. 19. Mas cuando os entregaren, no os preocupéis de cómo o qué hablaréis. Lo que habéis de decir os será dado en aquella misma hora. 20. Porque no sois vosotros los que habláis, sino que el Espíritu de vuestro Padre es quien habla en vosotros. 21. Y entregará a la muerte hermano a hermano y padre a hijo; y se levantarán hijos contra padres y los harán morir. 22. Y seréis odiados de todos por causa de mi nombre; pero el que perseverare hasta el fin, ese será salvo.
COMENTARIO «Os entregarán a los tribunales y os azotarán»
Hoy, la Iglesia celebra la fiesta de su primer mártir, el diácono san Esteban. El Evangelio, a veces, parece desconcertante. Ayer nos transmitía sentimientos de gozo y de alegría por el nacimiento del Niño Jesús: «Los pastores regresaron glorificando y alabando a Dios por todo lo que habían oído y visto» (Lc 2,20). Hoy parece como si nos quisiera poner sobre aviso ante los peligros: «Guardaos de los hombres, porque os entregarán a los tribunales y os azotarán» (Mt 10,17). Es que aquellos que quieran ser testimonios, como los pastores en la alegría del nacimiento, han de ser también valientes como Esteban en el momento de proclamar la Muerte y Resurrección de aquel Niño que tenía en Él la Vida.
El mismo Espíritu que cubrió con su sombra a María, la Madre virgen, para que fuera posible la realización del plan de Dios de salvar a los hombres; el mismo Espíritu que se posó sobre los Apóstoles para que salieran de su escondrijo y difundieran la Buena Nueva —el Evangelio— por todo el mundo, es el que da fuerzas a aquel chico que discutía con los de la sinagoga y ante el que «no podían resistir a la sabiduría y al Espíritu con que hablaba» (Hch 6,10).
Era un mártir en vida. Mártir significa “testimonio”. Y fue también mártir por su muerte. En vida hizo caso de las palabras del Maestro: «No os preocupéis de cómo o qué vais a hablar. Lo que tengáis que hablar se os comunicará en aquel momento» (Mt 10,19). Esteban, «mirando al cielo, vio la gloria de Dios y a Jesús de pie a la derecha de Dios» (Hch 7,55). Esteban lo vio y lo dijo. Si el cristiano hoy es un testigo de Jesucristo, lo que ha visto con los ojos de la fe lo ha de decir sin miedo con las palabras más comprensibles, es decir, con los hechos, con las obras. | |
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