MariCruz Administradores
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| Tema: Ayudarse a llevar la cruz 6/29/2007, 06:28 | |
| AYUDAR A LLEVAR LA CRUZ Fr.Eusebio Gómez Navarro O.C.D
Sor Andrea, una de las primeras Hijas de la Caridad, estaba agonizando y declaró ingenuamente a San Vicente de Paúl, que la asistía, que:
“Lo único que me remuerde la conciencia es haber sentido demasiado contento y placer en el servicio a los pobres y enfermos.”
Y San Vicente de Paúl le preguntó:
“¿Cómo es eso, hermana?” Y Sor Andrea dijo:
“Siempre he sentido gusto en servir a los pobres y enfermos. Cuando iba a los pueblos a visitar a aquella buena gente pobre y enferma, me parecía que no andaba, sino que tenía alas y volaba para servirles mejor. Sentía en ello gran contento y alegría de serles útil y así amar al Señor.” José Carreras dijo lo siguiente, en unas declaraciones al “New York Times”:
“Muchas cosas han tomado para mí (debido a la enfermedad) un aspecto distinto. Cosas que antes me eran importantes, ahora lo son menos, mientras que las más simples se convierten en un lujo extraordinario”.
Sobre su acercamiento a la religión manifiesta: “Tal vez fuera sólo una forma de oportunismo por mi parte, pero mis circunstancias me acercaron a la religión. Recé y descubrí cosas muy positivas; ahora trato de ayudar a la gente que se halla en la situación en que yo estuve”. La cruz, el dolor, es compañero del ser humano, es el pan nuestro de cada día. Al cristiano le marcan con la cruz en el día del bautismo. Las cruz se presenta en forma de prueba. Parece, entonces, que Dios se ausenta, pero Dios está más que nunca presente. Carmen Conde, miembro de la Real Academia Española de la Lengua, ha dicho: “Es verdad que a lo largo de la vida se pasan pruebas difíciles, como cuando durante la guerra sentíamos que Dios nos había abandonado. Pero la fe nunca faltó. Una vez, siendo niña, en Cartagena estuvo todo el día nublado y yo le pregunté a mi madre si ese día no saldría el sol. Ella me dijo:
“Hija todos los días sale el sol, aunque nosotros no lo veamos.” Y Carmen Conde concluye: “No ha habido un solo día en mi vida en que no haya sentido a Dios.”
En cada Cruz, personal o colectiva, es bueno abandonarse en las manos de Dios. “Dejarse en las manos de Dios es lo más acertado en todo”, solía repetir santa Teresa de Jesús. Ponerse en las manos de Dios es el mejor modo de conseguir la paz y la alegría en el vivir y cumplir su voluntad. Dichoso aquel que ayuda a llevar la cruz | |
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