LEER LA BIBLIA COMO MARIA.
La Virgen es la que mira con el corazón. La creyente por ser contemplativa. La súplica que pedia Pablo para sus cristiano: "que Dios ilumine los ojos de vuestro corazón", se realiza admirablemente en María, la mujer de los ojos iluminados por la fe.
Leer la Biblia, o libro de la vida, con los ojos del corazón, he aqui el secreto de nuestra madre y modelo. Toda la Sagrada Escritura proclama esta aspiración.
El evangelista Lucas, mediante dos pinceladas, ofrece la actitud permanente de Maria, que contempla así la historia:
"María, en cambio, conservaba todas estas cosas, dándole vueltas en su corazón". (2, 19)
"María conservaba todas estas cosas en su corazón". (2, 51)
El corazón representa el interior de una persona; asiento del entendimiento, del conocimiento y de la voluntad. Es el lugar sagrado donde se realiza el encuentro con Dios en relación de reciprocidad y libertad. En esta sede íntima el creyente acoge la Palabra de Dios, la discierne y puede responder a sus exigencias. San Agustín lo ha afirmado de manera genial: "Sólo el corazón ve al Verbo".
Nadie como ella ha tenido la Biblia o Palabra de Dios viviente en sus entrañas de madre y virgen. La Palabra se ha interiorizado en ella, y ella ha comunicado a la humanidad el evangelio de la verdad. Modelo es de corazón nuevo que funciona admirablemente, en perfecto movimiento de sístole: interioriza la Palabra. Y de diástole: da al mundo la Palabra viviente de su Hijo".
F. Contreras Molina. Misionero Claretiano.
Monna