Damián
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| Tema: Evangelio 18 de Diciembre de 2007 12/18/2007, 00:08 | |
| Evangelio según San Mateo, capítulo 1, versículos del 18 al 24 18 de Diciembre de 2007
Tercera Semana del Tiempo de Adviento
NACIMIENTO DE JESUS
18. La generación de Jesucristo fue como sigue: Desposada su madre María con José, se halló antes de vivir juntos ellos, que había concebido del Espíritu Santo. 19. José, su esposo, como era justo y no quería delatarla, se proponía despedirla en secreto. 20. Mas mientras andaba con este pensamiento, he aquí que un ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: "José, hijo de David, no temas recibir a María tu esposa, porque su concepción es del Espíritu Santo. 21. Dará a luz un hijo y le pondrás por nombre Jesús (Salvador), porque Él salvará a su pueblo de sus pecados".
22. Todo esto sucedió para que se cumpliese la palabra que había dicho el Señor por el profeta: 23. Ved ahí que la virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrán el nombre de Emmanuel, que se traduce: "Dios con nosotros". 24. Cuando despertó del sueño, hizo José como el ángel del Señor le había mandado, y recibió a su esposa.
COMENTARIO 18. Entre los judíos los desposorios o noviazgo equivalían al matrimonio y ya los prometidos se llamaban, esposo y esposa.19. No habiendo manifestado María a su esposo la aparición del Angel ni la maravillosa concepción por obra del Espíritu Santo, San José se vio en una situación sin salida, tremenda prueba para su fe. Jurídicamente S. José habría tenido dos soluciones: 1o. acusar a María ante los tribunales, los cuales, según la Ley de Moisés, la habrían condenado a muerte (Lev. 20, 10; Deut. 22, 22 - 24; Juan 8, 2 ss.); 2o. darle un "libelo de repudio", es decir, de divorcio, permitido por la Ley para tal caso. Pero, no dudando ni por un instante de la santidad de María, el santo patriarca se decidió a dejarla secretamente para no infamarla, hasta que intervino el cielo aclarándole el misterio. "¡Y qué admirable silencio el de María! Prefiere sufrir la sospecha y la infamia antes que descubrir el misterio de la gracia realizado en ella. Y si el cielo así probó a dos corazones inocentes y santos como el de José y María, ¿por qué nos quejamos de las pruebas que nos envía la Providencia?". (Mons. Ballester). Es la sinceridad de nuestra fe lo que Dios pone a prueba, según lo enseña San Pedro (I. Pedr. 1, 7). Véase S. 16, 3 y nota.
23. Es una cita del profeta Isaías (7, 14). Con ocho siglos de anticipación Dios anuncia, aunque en forma velada, el asombroso misterio de amor de la Encarnación redentora de su Verbo, que estará con nosotros todos los días hasta la consumación del siglo (Mat. 28, 20). Será para las almas en particular y para toda la Iglesia, el "Emmanuel": "Dios con nosotros", por su Eucaristía, su Evangelio y por la voz del Magisterio infalible instituido por Él mismo. | |
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